Tras las murallas del Palacio Real en Fez
¿Qué se esconde tras las altísimas y kilométricas murallas de Fez? El Palacio Real fasí representa la influencia y el respeto a la monarquía. Cada ciudad imperial cuenta con un Palacio Real preparado para albergar la residencia del actual rey Mohamed VI, su séquito y guardia. En este caso, nos centraremos en el Palacio Real de Fez, o también conocido como el Palacio de Dar el Makhzen, sexta residencia oficial del monarca Mohamed VI en Marruecos, situado en el barrio de Mechouar.
Este palacio fue la residencia del primer rey de la dinastía alauita Moulay Ismail, considerado como una de las fortalezas más grandes de todo Marruecos con 80 hectáreas de extensión. A este también se le conocía como el Louis XIV de Marruecos, porque buscaba ante todo la máxima belleza y suntuosidad.
EL PODER DE LA MONARQUÍA ALAUITA EN UN COMPLEJO
Frente al complejo se encuentra una gran explanada ajardinada y orquestada con banderas marroquíes y a la derecha se sitúa el barrio judío, característico por sus peculiares viviendas que contrastan con el ecosistema de los barrios musulmanes.
Lo característico de su emplazamiento es que se encuentra en el exterior de la medina, debido a las grandes dimensiones que ostenta. Así, el palacio formó una segunda medina alrededor de este y actualmente es conocido como el barrio de Fez el-Jdid. Poco a poco, el Palacio Real se ha ido renovando durante los últimos siglos, aunque se siguen conservando elementos que perduran de la primera dinastía como los graneros de trigo, los establos y el lago artificial.
La fortaleza cuenta con una doble muralla separada por una carretera ciega de 2km de largo. El complejo alberga, además de palacios residenciales, edificios administrativos y oficiales, jardines, mezquita y plaza de armas entre otros muchos servicios. Además, tanto delante de la puerta del palacio como alrededor de la muralla, se sitúan 4 guardias vestidos de diferente forma como representación de cada uno de los cuerpos de seguridad del Estado.
CURIOSIDADES DE LAS 7 PUERTAS
Desafortunadamente, el Palacio Real no admite visitas, al igual que la mayoría de las mezquitas y palacios del país al ser considerados lugares sagrados. Por eso, tan solo nos quedará conformarnos con una vista panorámica de la muralla y de las siete puertas que dan acceso al interior de la fortaleza. Son de bronce dorado y cada una tiene un tamaño que corresponde a los siete días de la semana y a los siete niveles de la monarquía.
Su suntuoso diseño de formas geométricas junto con los arcos que enmarcan las puertas realizados por azulejos y tejas, componen una fachada que es de obligatoria visita. Las llamativas tonalidades que coronan las puertas, como el azul, color representativo de Fez o el verde del islam, están en perfecta sintonía con la arquitectura árabe de la época. Esta ensalza la grandeza de la dinastía que parece ser un anticipo de la majestuosidad que se esconde en el interior.
Si por el día la visita a las puertas del palacio es impresionante, a la luz de los focos cuando se pone el sol es un espectáculo digno de ver. La fachada del Palacio Real deja con la miel en los labios a cualquiera por la curiosidad que supone no poder entrar en este complejo que aspira a ser un icono del arte musulmán. No obstante, sus puertas no dejarán indiferente a nadie al ser una de las joyas arquitectónicas más importantes de Fez.