Una panorámica de Fez desde las tumbas meriníes
Al norte de la medina Fez el-Bali, encontramos uno de los miradores más bonitos de Fez, incluso puede que uno de los más bellos de Marruecos. Desde Borj Nord, la colina donde se sitúa el Museo de las Armas se divisan las Tumbas Meriníes, aunque estas se pueden contemplar desde cualquier rincón de Fez. El atardecer desde las tumbas se vuelve una maravilla, ya que, este monumento encuadra la ciudad de Fez desde la altura, ofreciendo unas espectaculares vistas de la Medina.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Las construcciones datan del siglo XIV, durante la dinastía meriní. Esta conquistó Fez en 1250 y la hicieron capital del imperio de los meriníes. Construyeron en la colina una mezquita y un palacio fuera de las murallas en dirección a la ciudad vieja. Esta loma es conocida como al-Qula, la que es hoy en día la “Colina de los meriníes”, y, lo que queda realmente son los dos edificios en ruinas que conformaban la antigua necrópolis de los meriníes.
Lo que queda de las tumbas hoy son las ruinas de base rectangular conformadas por un arco de herradura que aún pueden apreciarse. Esta necrópolis aún no se ha visto sujeta a ninguna excavación arqueológica como para conocer de forma exhaustiva su historia pero, se dice que estas tumbas fueron construidas para honrar a la familia real de la dinastía meriní. Aunque su estado de conservación sea digno de una obra arquitectónica de 800 años de antigüedad, aún pueden apreciarse decoraciones e inscripciones de estuco en las paredes.
CÓMO LLEGAR
Hay múltiples opciones para llegar al punto más alto de la colina. Entre ellas destacan: coger un taxi por tan sólo 10 dh (1€). De hecho, cerca está en Hotel Les Merinides, donde puede parar el taxi, porque no suelen referirse a este monumento como “tumbas meriníes” si le indicáis que ese es vuestro destino. Las ruinas están muy cerca de allí por lo que, si lo hacéis así podréis daros un bonito paseo hasta ellas.
Lo que también se puede hacer es llegar hasta Bab Guissa, una puerta que rodea la muralla y que se encuentra en dirección norte. Desde ahí, subir o bajar la colina andando atravesando el cementerio del mismo nombre es un paseo no muy transitado, lo que puede ser una oportunidad para descubrir nuevos parajes más allá del bullicio de Fez.
Visitar las tumbas meriníes y divisar la ciudad desde otra perspectiva diferente al atardecer ofrecerá a tus sentidos un espectáculo difícil de olvidar. Cómo se entrelazan las luces que cubren la medina con los rayos de sol al atardecer recuerda a un cuadro recién pintado, en este caso de un valor incalculable.