Las Cuevas de Hércules
Lugar donde convergen aguas procedentes del océano Atlántico y del mar Mediterráneo, las cuevas de Hércules, ubicadas a 14 km de Tánger y a 5 km del Cabo Espartel, son una de las experiencias preferidas por la afluencia turística además de por sus propios residentes autóctonos.
Debemos tener cuidado para no confundirlas con “La Cueva de Hércules” situada en Toledo (España) y nacida en la antigua Roma.
Las Cuevas de Hércules de Tánger, descubiertas en el siglo XIX, son unas grutas naturales, con aberturas orientadas tanto al mar como a la tierra, las cuales se conocen como “El mapa de África” dada la similitud que tienen sus formas con el continente africano. Estos huecos han sido creados tanto por la erosión de la naturaleza como por la mano del hombre que en su día no dudó en extraer todas las piedras preciosas de las paredes, hecho que se manifiesta hoy día en las marcas que perduran de las herramientas necesarias para tal extracción.
Actualmente también se han realizado modificaciones artificiales, principalmente en materia de iluminación e higiene, para adaptar el entorno al turismo.
Leyenda
La leyenda cuenta que estas cuevas fueron concebidas a raíz del undécimo trabajo de Hércules que consistía en robar las manzanas del Jardín de las Hespérides.
Hércules agotado tras una larga travesía, paró a descansar y a refrescarse en un enclave del océano Atlántico. Sin embargo, Anteo, el dios del mar acudió al lugar donde este se situaba y lo expulsó, alegando que estaba en su territorio. De esta manera, ambos dioses se enzarzaron en una gran pelea de la que Hércules salió victorioso y encerró al dios Anteo en la cueva la cual selló con una piedra de manera permanente.
Tras la contienda, Tinga, la mujer de Anteo, se acercó a Hércules para preguntarle dónde estaba su marido, este le explico lo sucedido y embriagado por la belleza de la mujer le pidió matrimonio. Ella aceptó, pero con la condición de que el dios le realizara una prueba de amor que consistía en acercar las cálidas aguas del mar Mediterráneo al océano Atlántico y así Hércules separo los continentes de Europa y África, dando lugar al estrecho de Gibraltar.