Los jardines Andaluces de Rabat que tienes que visitar sí o sí
¿Crees que lo único que puedes hacer en Rabat es visitar varios monumentos e ir a la playa? Te equivocas. El pulmón de Rabat se esconde en el entramado de calles de la zona antigua. En la kasbah de Rabat se esconde un lugar verde donde reina la paz y la tranquilidad frente al caos de la capital económica marroquí.
Con flores de todos tipos y un encanto que no se puede igualar, en los jardines Andaluces como así son conocidos, abunda la naturaleza y son totalmente gratis de visitar. Lo más bonito es ver el paisaje que se forma, la mezcla entre la variedad de plantas y las murallas de la kasbah que se pueden apreciar desde su interior.
Este rincón situado en el corazón de la Kasbah de los Oudayas es un oasis dentro de la civilización. Tanto para tomar el fresco durante los calurosos días de verano, como para descansar, los jardines Andaluces siempre merecerán una visita. Su gran variedad de plantas y su antiguo y auténtico aspecto, te obligarán a quedarte y a disfrutar de un momento de paz.
Recordemos que la Kasbah fue construida para albergar una pequeña civilización y, por lo tanto, como todas los pueblos antiguos, era imprescindible contar con un castillo. Su origen proviene de principios del siglo XX y fue creado por el dominio francés con el objetivo de imitar un jardín de tipo andalusí. En esta zona el palacio que se alza en la Kasbah de los Oudayas es el eje vertebrador del barrio que rodea el barrio y es ahí donde se sitúa los jardines Andaluces. Al mismo puede accederse a través de unas puertas de doble reja o de madera, por lo que pertenece al recinto amurallado de la fortaleza.
Los 8.400 metros de superficie están organizados a partes rectangulares donde el agua estructura cada zona del recinto apareciendo estanques y fuentes con azulejos en algunas esquinas de este puzzle arquitectónico como es típico en las obras árabes de este tipo, aunque sorprende que carezca de una fuente central como aparece en todos los jardines andalusíes.
Hay flores aromáticas, árboles grutales, flores… perderse en este espacio es una experiencia única, donde podrás sentir lo mismo que el sultán cuando decidía pasar sus relajantes tardes observando una bonita estampa y escuchando el canto de los pájaros, una sensación que da el estar encrustado alrededor de altos muros.