Las mejores cerezas de Marruecos (y probablemente del mundo) se cultivan en Sefrou
Si por algo se caracteriza Marruecos es por la riqueza cultural presente durante todas las estaciones del año. Ya sea en verano o invierno, el país magrebí siempre encuentra una excusa para celebrar cualquier estación, cultivos, creencias sagradas o todo junto a la vez. Así, tras el mes del Ramadán, el año lunar árabe comienza con una oda a la gastronomía de la tierra.
A 38 km al sureste de Fez se alza una pequeña villa al pie de las montañas de la zona intermedia del Atlas. Se trata de Sefrou, un lugar situado alrededor de la naturaleza donde abunda la vegetación y los paisajes preciosos. Aunque durante el protectorado francés fue muy importante debido a su estratégica localización, ahora carece de esta relevancia ya que su extensión política y militar cesó a mediados del siglo XX.
Sin embargo, durante esta época colonial, los franceses dejaron un legado que perdurará aún a día de hoy y que determinará la cultura gastronómica que caracteriza a Sefrou. Cuando hablamos de esta ciudad, hablamos también de “La capital de las cerezas” como es conocida también popularmente. Esto se debe a que los franceses introdujeron estos árboles frutales en los campos de cultivo de esta región. Un gesto que ha ido mucho más allá convirtiéndose en un icono de identidad de Sefrou.
Por esta razón, la localidad celebra cada año a finales de junio el Festival de la Cereza en árabe Moussem de Heb Lemlouk. Este evento, reconocido por la UNESCO en 2012 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, es el más importante de la localidad y se celebra a lo grande. Coincidiendo con la recogida de este fruto, esta festividad que se alarga durante tres días llena de vida a la ciudad. Con degustaciones, bailes folclóricos, conciertos, talleres, conferencias, pasacalles y multitud de actividades, la Fiesta de la Cereza atrae a visitantes de todos los rincones de Marruecos.
Un escaparate al mundo
El último día es muy especial porque se nombra a la Reina de la Cereza. Para las chicas que se presenta a este certamen, ser nombrada con este galardón es un auténtico orgullo debido a que, además de ser conocidas regionalmente, seguirán de cerca todas las actividades que tengan que ver con la recolección, la venta y el consumo de la cereza.
Además, este día también es el más divertido, sobre todo para los más jóvenes ya que salen a las calles un desfile con cantes y bailes regionales que animarán a todos los vecinos a probar las cerezas. Cada carroza que aparece en este desfile corresponde a los productores de la cereza, una competición muy reñida donde se dan a conocer los diferentes tipos de cerezas que se cultivan en la zona
Esta tradicional ciudad de interior destaca por su arquitectura sencilla y, aunque sea un pueblo humilde, la Fiesta de la Cereza es una cita esperada por todos los vecinos. Así, ensalzando los valores de esa cultura popular el festival es una oportunidad para dar a conocer la calidad de la cereza al exterior fomentando el turismo y su proyección gastronómica nacional e internacional como un alimento de calidad.
Es una auténtica lástima que este año se haya cancelado su celebración debido a la pandemia de la Covid-19 puesto que la festividad cumpliría cien años de antigüedad. No obstante, la Fiesta de la Cereza reanudará su celebración el año que viene y, como podéis imaginar, esta será el doble de ansiada y especial para los vecinos.