La ruta de los Pueblos Blancos andaluces acaba en Tetuán
Con 400 años desde su fundación y 23 desde que fue proclamada Patrimonio de la Humanidad, la ciudad de Tetuán sigue siendo uno de los puntos al norte del país magrebí más demandados. Su laberíntica medina se encuentra enfrascada en la muralla. Esta aún se conserva casi en su totalidad y puede observarse si caminas alrededor de esta. A esta puede accederse a través de siete grandiosas puertas que rodean la medina.
Pero, entre las sinuosas calles en las que puede ser fácil perderse, Tetuán esconde varias rasgos que, para quien haya visitado España alguna vez resultarán familiares. Estas características diferencian a la ciudad marroquí del resto. A mediados del siglo XVI, muchos andaluces fueron expulsados de su tierra y terminaron asentándose en las zonas más próximas al mar de Alborán. Como no podía ser de otra forma, Tetúan fue fundada por estos y el legado de estos andaluces exiliados puede palparse hasta la actualidad si afinamos algo más que la vista.
Siguiendo esta línea, podemos observar que en Tetuán, a diferencia de otras grandes ciudades marroquíes prima otro color. Marrakech, es conocida como la perla roja, Ouarzazate es una ciudad en medio de un mar marrón de roca arenisca, las aldeas del desierto se difuminan con el color de este particular ecosistema, Chaouen es conocida por su hegemonía del color azul y Tetuán es también llamada “La paloma blanca”. Una estampa que recuerda, sin duda, a muchas localidades andaluzas y tiene su por qué.
Gracias a la historia, hoy conocemos que al sur de la península ibérica donde se recogen los pueblos blancos fueron fundados por musulmanes exiliados y que por eso, Tetuán podría considerarse otro pueblo blanco ya que los andalusíes fueron el origen de lo que hoy es. Éstos exportaron la cultura de los baños de cal en las fachadas, la altura de dos pisos y el interior de las casas con un patio.
Tetuán y su arquitectura en el siglo XX
Más adelante, a principios del siglo pasado, la ampliación de la ciudad marroquí fue obra de los españoles durante su protectorado y esta es la razón por la que muchos edificios se asemejan a las arquitecturas peninsulares. Esto fue a raíz del protectorado español que mandaron seguir tiñendo de blanco las arquitecturas institucionales y civiles. El Barrio Español sigue esta línea decorando sus templos religiosos cristianos con balcones (muy típicos de la arquitectura española) y algunos toques en tonos verdes.
Su estilo fue tal, que enamoró a muchos artistas de la época como al arquitecto Mariano Bertuchi Nieto. Este célebre de la pintura dedicó toda su vida a reflejar los paisajes andaluces de las sierras del sur de Andalucía como Granada, Málaga, Cádiz… hasta que descubrió Tetuán y allí pasó los últimos días de su vida.
Preservar el legado andalusí fue la obsesión de este cronista gráfico quien mantuvo la convicción de la hermandad artística y arquitectónica entre Andalucía y el norte de África.