El telar, la artesanía antigua de Marruecos que mantiene su calidad
Como vimos en publicaciones anteriores, la labor artesanal sigue estando muy presente en la economía y en el día a día de la población marroquí. Desde el norte al sur de Marruecos, el textil no industrial contempla un amplio protagonismo en el mercado del país. La actividad de este sector que confecciona las vestimentas de la población, proporciona que esta tradición no decaiga.
Tanto las ropas diarias con las que se acicalan como aquellas reservadas para ocasiones especiales son realizadas por las industrias tejedoras del país. Además, el resto de tejidos que forman mandiles, pañuelos, túnicas, alfombras… son el resultado de un trabajo manual en su totalidad, desde la elaboración de los hilos hasta la creación de los productos.
Tanto los hombres como las mujeres pueden desempeñar este trabajo. En especial, en las regiones bereberes, ellas son las destinadas a este oficio, al contrario que en los zocos tradicionales de las grandes ciudades del país, donde ellos toman el mando de esta labor.
Indistintamente, dos personas ponen en funcionamiento los telares de madera con los que se elaboran los tejidos pero la lanzadera volante, artículo que revolucionó su funcionamento el siglo pasado, hace posible que pueda utilizarlo tan sólo una. Cuando la bobina de hilo es lanzada de una mano a otra el hilandero activa el pedal con los pies y vuelve a lanzar el hilo hacia el otro lado intercambiándolos para conseguir hacer el dibujo. Al pasarse cinco o seis veces se apelmazan los hilos con un peine de púas y a través de largas horas de esfuerzo se consiguen hacer auténticas maravillas de tejidos únicos en todo el mundo.
Los talleres de tejedores son dados en todo Marruecos. En ocasiones, si entras en alguna tienda de tejidos en los zocos de las ciudades marroquíes, los comerciantes te invitan a pasar y sentarte dentro de la tienda para enseñarte una pequeña demostración de la elaboración de los tejidos que ofrecen.
En estos locales situados en los zocos, podrás encontrar todo un sin fín de colores y formas para todos los gustos. Por experiencia, lo más probable será que los comerciantes de la tienda te inciten a comprar alguno de sus productos y acabes picando algo. Sin duda, su calidad será el motivo de una buena compra y su tenencia, un motivo perfecto para el recuerdo de un gran viaje.