La mezquita Hassan II, referencia de la ciudad del mar
Más allá de ser el pulmón gracias al cual respira todo Marruecos, Casablanca ha experimentado siempre un desarrollo cultural y económico que le ha situado como la principal punta de lanza del país en vías de ser una referencia mundial tanto para los negocios como para el ocio.
No obstante, si hay un edificio que muestre la grandeza y la sofisticación de la ciudad blanca, mezclando tradición y modernidad, ese es por encima de todo la Mezquita Hassan II, una auténtica joya de la arquitectura marroquí.
Construida por el arquitecto francés Michel Pinseau e inagurada el 30 de agosto de 1993, la Mezquita fue edificada bajo el mandato del rey que le da nombre, Hassan II, que consideró que la construcción debía reflejar la importancia de Casablanca tanto para Marruecos como para aquellos que admiran al país desde el exterior, algo que resulta evidente si se atiende tanto a la infinidad de detalles como al cuidado con el que están elegido los materiales de la misma.
De hecho, la tercera mezquita más grande del mundo, por detrás de las presentes en La Meca y Medina, no solo destaca por su amplitud, sino también por su envergadura, ya que su minarete cuenta con unos 200 metros, condición que le permite proyectar todas las noches un láser desde lo alto que apunta a la Meca y le convierte en el templo más grande del mundo. Además, el complejo religioso cuenta con una sala de oración rectangular de perfectas proporciones sostenida por setenta y ocho pilares donde el granito, el mármol y el ónix se entrecruzan, dando así lugar a un solemne espacio que puede albergar incluso a 20.000 personas, ascendiendo esta cantidad a 100.000 si tenemos en cuenta las 80.000 personas que puede acoger la explanada que rodea la Mezquita.
MÁS QUE UN TEMPLO
La Mezquita Hassan II no solo constituye un templo religioso, sino que también supone un fiel reflejo de la modernidad a la que se está abriendo constantemente la ciudad que vive de cara al mar. Así se percibe en su techo, que se abre automáticamente, la calefacción con la que cuenta su suelo, el ascensor del minarete, los altavoces perfectamente colocados en las estructuras de las columnas, las majestuosas lámparas de cristal de Murano, las 25 puertas de titanio y las otras estancias que presenta, las cuales incluyen una madrasa, una biblioteca, un museo nacional, varias salas de conferencias y un aparcamiento subterráneo.
Asimismo, la Mezquita Hassan II es la única que pueden visitar los no musulmanes, aunque es necesario hacerlo con visita guiada para poder acceder a ella. Es posible hacerlo todos los días de la semana, a excepción de los viernes, con pases a las 9, 10 y 11 de la mañana, siendo el último es de las dos de la tarde.
En cuanto al precio de la visita, la entrada general cuesta 120 dirham, es decir, unos 11 euros. El precio para estudiantes, al presentar el Carné de Estudiante Internacional es de 60 dirham, y para menores de 12 años, 30 dirham.