El valle del Dades, ver para creer
Una auténtica ruta al sureste marroquí para admirar la esencia de su geografía. Esta sería la definición perfecta del conocido Valle del Dades o también “camino de las mil kasbahs”. Va desde Ouarzazate (a 192 km de Marrakech) hasta el este de Tineguir y las Gargantas del Todra. El valle está situado en el oasis del sur, donde abundan los yacimientos geológicos y minerales.
La zona es habitada por tribus bereberes, constructores íntegros de las casas y castillos fortificados de adobe o kasbahs. Además, en el Valle del Dades es rico en gargantas y cañones kársticos que forman un paisaje de plegamientos y formaciones rocosas erosionadas únicas en el mundo debido a las condiciones geográficas y climáticas de Marruecos. Por ejemplo, la erosión de las gargantas del Dades son conocidas popularmente como los “dedos de mono” ya que sus formas redondeadas apiladas parecen recrear los dedos de este animal (si le echas imaginación).
Dependiendo de hacia donde mires, el paisaje será diferente. Su esencia salvaje le permite intercambiar los tonos blancos de las montañas nevadas con un semi-desierto de tonalidades ocre y terracota que solo podrás imaginártelo si lo ves con tus propios ojos.
Ouarzazate es el comienzo del desierto y puerta que te va adentrando en la aridez geográfica del Valle del Dades. Una espectacular ruta en la que abundan los palmerales, las aldeas y los bosques. El Valle del Dades debe su nombre al río que serpentea las montañas, el río Dades. Este, que nace en el alto Atlas, en las laderas de Jebel Ayachi, es un afluente del río Draa, cercano a Ouarzazate, donde forma el pantano El Mansour. Según el surco que sigue, convierte en oasis todo por allá donde pasa: chopos, almendros, palmeras… son los tipos de plantas que podemos encontrar en los núcleos de vegetación del Valle del Dades. La diferencia entre un oasis y lo demás es tan drástica, que confirma la regla: donde hay agua, hay vida.
Un pueblo desde el cual es fácil acceder a las gargantas del Dades es Boumalne Dades. Desde allí, también se encuentran cerca las gargantas del Todra, que merecen una visita por ser una formación rocosa muy especial.
Para visitar el Valle del Dades se puede hacer de diferentes maneras: en coche, y si no llevas el tuyo propio en Marruecos, también se puede alquilar. Otra opción es contratar una excursión organizada, que saldrá más económico y cómodo.